ZULEICA SANCHEZ

Cuando era chiquita esta frase la escuché mucho, aunque la verdad no sé de dónde pues mi madre no era muy creyente. Sin embargo, ahora me viene mucho a la mente.
Recuerdo que cuando tenía yo como 12 años a mi madre le prestaron un libro que se llama Metafísica 4 en 1 y como a mí siempre me ha gustado leer me lo eche en unas vacaciones de verano. Esa vez fuimos a Puerto Escondido y a la ciudad de Oaxaca y al terminar de leer que yo tenía el poder infinito de cambiar hasta mi aspecto físico, no se diga lo que no me gustaba de mi vida, me sentí inmensamente feliz porque obviamente como todo adolescente de los 90's no me sentía a gusto. Pero como siempre fui muy acelerada quería ver resultados en tres días y pues nunca llegaron y me decepcioné.
Hoy, a 2 años y medio de trabajar constante en Simposium, me doy cuenta que finalmente lo que se requiere es paciencia. Pero aún así hay muchas veces que no sé porqué se dan las cosas. Obviamente no podemos controlar toodoo lo que pasa en nuestras vidas pues el universo es un abanico de posibilidades y conforme cambia el vecino tu vida cambia en una milésima parte. La cosa es que ahora cuando el mundo se abre frente a mi maridito hermoso, el ego salta y grita Miedo!! pero gracias a ese Dios bondadoso, que me enseñaron, obra de manera misteriosa la solución brincó ante mis ojos en cuestión de minutos.
Y finalmente hoy puedo sentir lo que es la fe y bien positiva.