Mi testimonio y la Segunda Entrega de los Rutilio de Oro

Ayer por la noche se llevó a cabo la Segunda Entrega de los Rutilio de Oro de Plaza Zapopan. Es un reconocimiento de parte de los coordinadores de la plaza que le hacen a sus instructores, a cada uno de ellos sin excepción ya que todos formamos parte de lo que se ha construido la plaza.
Los "Rutilio de Oro" son pequeñas estatuas de madera pintadas a mano de color dorado por el mismo coordinador; con un pequeño mensaje personalizado, aparte. La verdad esto nos hace sentir amados y apreciados.
Mi testimonio para este año que está por terminar por supuesto es de cambio. Cuando salí de mi curso de Avanzados hace un año y me enfrenté con la vida real y con que no se me daba lo que pedí durante un mes todos los días, me desilusioné de mi y del mensaje. Me rebelé ante mis autoridades y traté de sabotear cada escuela a la que asistía sin darme cuenta que realmente estaba saboteando mi vida y mi avance.
Cuando Armando se acercó a mi en semana santa allá en Teocalli y me dijo que yo tenía cosas hermosas que dar mi soberbia y mi ego se cayeron por un segundo y dejé pasar su amor. Había pensado en dejar la plaza unos meses para "darme un respiro" pero algo en mí me dijo que permaneciera sin decirle a nadie que deseaba irme. Todavía me tardé hasta mediados de junio para que me cayera el veinte de que la única responsable de mi vida era yo y empecé a generar cambios en mi forma de pensar. Lo hermoso es que una vez hecho el cambio en mi mente empecé a atraerme los cambios a mi vida y sin que pasara más de un mes y yo ya tenía mi futuro a la vista como nunca lo imaginé.
Me encanta mi historia porque sé que la fe que tengo en mi me ha traído muchas cosas inimaginables. Gracias a eso me dediqué a compartir en curso todos los meses que restaron del año y como dice el Dr. Romero "el que comparte por ley es el que más se beneficia" y pues hoy puedo sentir que así es.
Si me preguntas qué me falta... digo que nada. Si me prenguntas qué le pido al niño Dios... quizá equilibrar mi dimensión económica al 51% pero sé que eso ya viene y que aunque lo vea lejos está por llegar, así como llegó la respuesta de Dios cuando le dije: "Señor, sé que quiero ser escritora... dime cómo puedo servirte y canalizarlo al mundo" y así llegó el angelote de Héctor que me enseño cómo.
A final de cuentas Dios quiere lo que yo quiero para mi.

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