ZULEICA SANCHEZ

He leído cerca de 40 diferentes libros en donde he encontrado muchísima información acerca de la vida, el autovalor, el amor propio, el conectarse a la Fuente de la que emanamos, de que seas feliz, de la salud perfecta, el peso ideal con ayurveda... en fin, no tienen idea de qué cantidad de información poseo en mi mente. No nada más con estos libros de superación personal, sumo a esta lista todos los demás libros de ficción, teatro, historia, ciencias, decoración, arte, feng shui.... etc, etc, que también he leído los últimos 18 años de mi vida.
Conozco de fe, de confianza y valor para ir en poz de esas cosas que quiero. Pero realmente hoy me doy cuenta que solo UNA cosa te lleva a tener todo lo que sueñas, UNA cosa que todos tenemos y para estos casos casi no usamos: Desición.
Cuando decides realmente que quieres algo lo consigues así sea lo último que hagas, como dijera Gargamel. Pero muchas veces vamos por algo, nos detenemos y lo contemplamos de lejos con ojos de sufrimiento porque eso que queremos no es nuestro y no se decide a caminar eso ante nosotros. Y la mayoría de las veces, para empezar no sabemos qué queremos, y cuando años después lo encontramos nos sentamos a contemplar el camino que nos lleva a ello, observamos cada detalle y cada obstáculo sin hacer nada más que preocuparnos por toodooo lo que tendremos que hacer para llegar a eso, pasan más años y seguimos ahí contemplando el sueño dorado, hasta que se prende el foco y DECIDES ir por él.
Y al final la desición es todo en esta vida. No importa si tu niñez fue la peor de todas del mundo, es lo que decides de eso lo que te hace grande o pequeño en tu idea. No son las condiciones del mundo o la economía personal, es lo que decides de eso para ti. No es... bueno, creo que ya captaron la idea.
Y todo esto lo digo porque a mi me tomó 12 años decidir que lo que escribo está bien si no es para complacer y sí para mi propio placer. Y no saben qué libre me siento hoy después de tanto tiempo de saborear ese sueño que empiezo a ver materializado en mis manos. Doce años esperé para crearlo en menos de un mes.
Hoy decido explotar mis propios límites, ir más allá de lo que creo que puedo y sobre todo, no tenerle miedo a lo nuevo que se me presenta pues de eso es de lo que más aprendo.