ZULEICA SANCHEZ

20jul09.- El sábado pasado fue un día de mucho andar. Desayunito con la familia, comida con los amigos de mi marido (que por supuesto ahora son mis amigos) y en la noche una fiesta a la que ansiaba asistir desde hace mucho: una reunión con los compañeros de la secundaria y prepa.
Han pasado ya 13 años desde que salimos del colegio en mayo de 1996 cuando dejé de ver a la mayoría de ellos. Y realmente nunca sentí que me conocieran pues siempre fui de las niñas buenas y calladas que trataban de salir adelante con el peso enorme de no saber socializar.
Pero este sábado al estar buscando el restaurante, propiedad de una de ellas, donde sería la reunión empecé a sentirme nerviosa. Más cuando mi marido localizo el lugar y dio la vuelta para buscar estacionamiento, vi el resto de mi lado derecho con algunos de mis ex-compañeros dentro y me entró un miedo que no pude explicar.
Ya estacionaditos le llamé a otro de esos viejos amigos para recordarle de la reunión y que llegara pues no quería entrar sola. Claro que llevaba a mi marido para "darme valor" jajajajaja pero finalmente nos acercamos al lugar y entramos.
Mi sorpresa de la noche fue que al menos un 80% de los que me saludaron esa noche recordaron mi nombre y, lo mejor, me dijeron que estaba igualita que hace 15 años... mi trabajo me ha costado jajajajaja
La verdad fue una noche increíble, casi no recordé viejos tiempos con nadie y entiendo que es porque el pasado ya pasó, al contrario escuché más comentarios de situaciones actuales de ellos. Una fiesta con viejos conocidos, reconociéndome diferente y sobre todo me di cuenta que mi vida ha sido y serguirá siendo hermosa.
Gracias a todos los que asistieron a esa reunión, de todos he aprendido a lo largo de los años y esa noche también. Gracias por eso!