ZULEICA SANCHEZ

14ene09.- La sensación de libertad es una de las que el ser humano busca incansablemente. Algunos durante toda su vida, otros lo dejan por la paz a la mitad de ella y otros se dan cuenta que ésta es inherente a sí mismos como la salud y la abundancia.
La libertad existe en ti, en el libre albedrío que Dios te dio cuando decidiste venir a jugar esta vida que estas viviendo. Esa libertad de elegir si quieres ponerte falda o pantalón. Esa libertad de dedicarte a lo que más te plazca. Esa libertad de levantarte de la cama o no.
Esta libertad la tenemos todos bien aprendida.
Pero, ¿qué pasa cuando tienes elección libre en tu vida pero realmente no te SIENTES libre? como que algo te falta... Cuando quisieras hacer mil cosas pero tienes que seguir líneas establecidas o patrones hechos.
Creo que es momento de revisar si esas líneas o esos patrones son los que realmente quieres seguir, hacer un ejercicio mental de lo que deseas para ti en tu vida y establecer honestamente prioridades y cambios. Revisar que esas cadenas que sientes en el mundo están en tu mente y destruírlas primero en ella para que se vean reflejadas en el mundo.
Cadenas del qué dirán, cadenas sexuales, cadenas sociales, cadenas de poca confianza en ti mismo, cadenas de culpas, cadenas de odio, cadenas de venganza... checa qué cadenas te tienen detenido, especialmente en el pasado, que no te dejas sentir la libertad.
La única persona que puede liberarte eres tú mismo, nadie más, ni siquiera el ser que más te ame en este mundo que no seas tú puede hacerlo. El único que puede hacerte sentir libre eres tú a través de tu mente, que hasta en una prisión el reo puede sentir esa libertad.
Libérate perdonando, libérate dejando el pasado en paz, liberate dejando esos muertos que traes cargando por fin en un cementerio, libérate sintiendo tu cuerpo y entiende que el amor a tu vida y a ti mismo es lo que te libera.