ZULEICA SANCHEZ

30ene09.- El martes pasado me tocó dar una terapia a una señora que se dedica a las Flores de Bach. Mi curiosidad me llevó a preguntarle acerca de ellas y me llevé la sorpresa de mi vida... bueno, la sorpresa de los últimos días.

Primero resulta que no nada más son flores de Bach, también son Aztecas, sales de Schuessler, escencias de humanos y de animalitos... así como lo leen. La técnica se me hizo padre, ella te pone las botellas y tú vas escogiendo las que te dice tu mano, en realidad es que tú te atraes tu remedio por medio de tu subconsciente. Te hace tus frasquitos con todas las esencias que en total fueron más de 35 y luego te dice para qué son las esencias que agarraste. Bueno, pues cuando te empieza a decir para qué son es cuando vas de la incredulidad al tremendo asombro de "no mames" pues te dice todo lo que sientes, traes y tienes que limpiar.

Me las empecé a tomar ese día y en la noche en mi meditación empecé a sentirme en otro lugar y así anduve por dos días, como que no sabía bien ni quién era ni dónde andaba y mi marido me dijo un día al tomarme las gotitas que si ya andaba preparando mi nave... por eso el título. La verdad es que me he sentido muy bien, como con ciertos pesos menos fuera de mi espalda y sobre todo de mi cabeza. Me dijo otra amiga que es como si limpiaras una casa, que finalmente es el cuerpo, pero que empieza a salir la basura primero para que ésta quede limpiecita. Ya les iré platicando cómo voy y si tienen la oportunidad de experimentarlo busquen a alguien que lo haga, es chido conocerse más a uno mismo desde este punto de vista.